“El momento en que una cosa se transforma en otra es el momento más hermoso. Una combinación de sonidos se transforma en música. Y eso se aplica a todas las cosas”. – Vik Muniz
Waste Land de Lucy Walker sigue al reconocido artista Vik Muniz en su viaje desde su hogar en Brooklyn hasta su país natal, Brasil, dondé está Jardim Gramacho, el basural más grande del mundo ubicado en las afueras de Río de Janeiro. Allí, Muniz fotografía a una ecléctica banda de catadores – gente que recupera material reciclable – y trabaja con ellos para “pintar” sus retratos con deshechos. El resultado de esta colaboración ofrece una evidencia conmovedora del poder transformador del arte y su impacto en el espíritu humano. Waste Land, figura en la corta lista de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas como Mejor Documental.
Se estima que entre 3.000 y 5.000 personas viven en Jardim Gramacho, mientras que 15.000 obtienen sus ingresos por actividades relacionadas con el basural; algunas familias han estado trabajando allí durante tres generaciones. Muniz se sorprendió al conocer a la comunidad de personas que juntan los deshechos reciclables de Río para poder vivir. “Esperaba ver a gente doblegada y vencida, pero son sobrevivientes”, dice. Colabora con un número de catadores en una serie de retratos de grandes dimensiones, incluyendo a Irma, una cocinera que vende comida en el basural; Zumbi, el intelectual del basurero que ha guardado cada libro que ha encontrado; y Suelem, de 18 años, que llegó cuando sólo tenía siete años.
Tras finalizar la serie de retratos, Muniz subasta cada uno de ellos en la reconocida casa de subastas Phillipe de Pury en Londres, donde se venden por más de $50.000. Todas las ganancias son donadas a la Asociación de Recolectores de Basura de Jardim Gramacho, cuyo joven y carismático presidente Tiaio verá cómo su vida cambia para siempre.
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