Bienvenidos a la sala Nº23 de “La Exposición Expandida” (@laexpoexpandida), proyecto experimental de
comisariado colectivo. Y los invito a visitar también las otras salas.
La calle ha estado en el foco de numerosas subculturas visuales creadoras durante la última treintena de años. Sin embargo, ahora hay una nueva ola de artistas que se están desplazando en nuevas direcciones más allá del graffiti y arte urbano.
Los gigantes corporativos se han apresurado a subirse al carro de graffiti, que lo perciben como un camino directo a la cultura juvenil. Esto ha hecho que muchos verdaderos artistas busquen nuevos caminos, ya que por ej las pegatinas de calle han sido apropiadas por las multinacionales de la publicidad.
Estos artistas están empleando diferentes técnicas en su trabajo, diferentes materiales, diferentes medios de difusión y diferentes maneras de conseguir mostrar su trabajo. El uso de nuevos materiales va desde la basura, a señales de tráfico, juguetes para niños, nylon, y metacrilato, estos creadores están minando el paisaje urbano de trabajos en tres dimensiones, tratando de educar y entretener.
Haciendo hincapié en las intervenciones urbanas, allí donde la escultura y el street art se cruzan, propondremos una mirada al arte callejero maduro, consciente del entorno, que transciende a la bidimensionalidad de pegatinas y posters para ir más allá. Una selección de artistas o colectivos cuyo discurso va más allá de las primeras impresiones y pone en verdadero valor el espacio en el que se enmarca.
“El Graffiti fue una escuela que me es ahora muy útil en el desarrollo de mi trabajo, pero a mediados de los noventa empecé a observar la calle desde una perspectiva distinta a la del Graffiti, cuando pintas Graffiti tu marco de percepción de la ciudad suele estar limitado a los tags y las piezas”, cuenta SpY; Artista madrileño cuyas primeras actuaciones urbanas se remontan a mediados de los ochenta.
Poco después comenzó a explorar otras formas de comunicación artística en la calle. La linea de trabajo de SpY es una de las mas consistentes e inteligentes que se están desarrollando. Su trabajo consiste en la apropiación de elementos urbanos mediante la transformación o la réplica, el comentario sobre la realidad urbana y la intromisión en sus códigos comunicativos.
Citando textualmente lo que el artista comenta: “Las obras de SpY quieren ser un paréntesis en la inercia autómata del urbanita. Son pellizcos de intención que se esconden en una esquina para quien se quiera dejar sorprender. Cargados a partes iguales de ironía y un humor positivo, aparecen para contagiar una sonrisa, incitar una reflexión, favorecer una conciencia un poco más despierta”(www.subaquatica.com)
El grueso de su producción nace de la observación de la ciudad y de una apreciación de sus componentes no como elementos inertes sino como una paleta de materiales desbordante de posibilidades. La voluntad de juego, la cuidadosa atención al contexto de cada pieza y una actitud constructiva y no invasiva caracterizan inconfundiblemente sus actuaciones.
Pero no solo SpY nos demuestra que no es necesario spray, pintura, aerosol o plantillas para crear arte callejero interesante, hay mas artistas.
El artista alemán Timm Schneider Armado con bolas de espuma de poliestireno transformadas en ojos saltones, transforma objetos y mobiliario urbano escogidos al azar, como contenedores de basura, contadores de electricidad, muebles de baño, papeleras... En personajes animados, imaginativos y expresivos.
El artista Scott Jarrett, merece atención también ya que sus instalaciones/esculturas son urbanas, más o menos espontáneas, y hechas con sentido del humor.
Por lo general estas las coloca en espacios abandonados o deteriorados, con una clara intención de utilizar lo que los ciudadanos desechan y la ciudad pone a su disposición de forma gratuita.
Para resaltar alguna característica especial de sus instalaciones, hablemos del forzado equilibrio que el artista tiene que hacer, para que cualquiera de sus piezas desafíe la ley de la gravedad valiéndose de elementos rudimentarios, ya que siempre trata de colocar los objetos grandes en la parte superior de la pieza, sustentados por ligeros y escasos palos o tubos, lo que otorga a todo su trabajo un sentido efímero e inestable.
Otro de los más conocidos ejemplos de cómo el arte en la calle no se ciñe necesariamente a la superficie plana de una pared, es el artista Mark Jenkins.
Sus instalaciones son realmente un magnífico ejemplo de cómo el arte callejero debería aspirar a causar algún tipo de reacción en los viandantes y no tan sólo funcionar en una foto en Internet o de cara a otros entendidos en el tema.
“La curiosidad por las instalaciones a base de esculturas me había surgido tras visitar una exposición de Juan Muñoz en Washington DC en 2001. En 2003, mientras vivía en Río de Janeiro comencé a experimentar con lo de hacer moldes con cinta adhesiva. Lo de instalar las esculturas en la ciudad era lo lógico a continuación. Mi vida por entonces era muy de exteriores ya que llevaba un año viajando por Sudamérica de hostal a hostal, al integrar las esculturas con el lugar en el que estaba encontré una manera de integrarme a mí mismo.” cuenta Mark (www.subaquatica.com)
Mark Jenkins (1970) es un artista conocido por las intervenciones que crea en la calle utilizando como principal material el “packing tape” o cinta de embalaje y maniquíes. Para Jenkins el street art es el uso de la “calle como un escenario” donde los transeúntes se convierten en actores. Muchas de sus instalaciones han dado lugar a la intervención de las autoridades a los que también considera como actores.
Joshua Allen Harris es el responsable de intervenciones realizadas mediante bolsas de basura que se auto inflan aprovechando los escapes de aire del metro en las calles de la ciudad.
Con una cinta única y bolsas de plástico desechadas, el artista de Nueva York crea gigantes animales inflables agarrados de las rejillas en salidas de aire. El aire de escape expulsado por los trenes que pasan debajo llena las bolsas, lo que provoca que sus creaciones se comporten como seres animados.
"Little People" es un trabajo del artista Slinkachu que reproduce escenas de una cierta cotidianeidad con figuras que él mismo crea y que no tienen más de 5 milímetros.
Slinkachu es un fotógrafo (o fotógrafa, no hay datos claros de este individuo) que a través de su Canon 5D Mark ll relata pequeñísimas historias con pequeñísimos hombrecitos de plástico. Todas las imágenes no se componen de una sola toma, sino que se puede ver que su patrón de repetición es tomar varias imágenes del mismo objeto, pero alejándose un poco en cada imagen, como revelando un poco mas acerca del lugar donde se encuentran las figuras y su ínfimo tamaño comparado con el mundo que lo rodea.
Este proyecto de gente pequeña ya lleva varios años funcionando, donde estos personajes de plástico se encuentran e interactuan con objetos de tamaño real, creando una asimétrica importante y dando lugar al humor en las imágenes. Skaters patinando sobre una cascara de naranja, alces pastando sobre colillas de cigarrillos u operarios de carga transportando palitos de maíz son unos pequeños ejemplos de la enorme creatividad tras este personaje.
Luego de fotrografiar sus escenas, estas son dejadas a modo de instalación por los distintos lugares de la ciudad, creando une especie de “miniciudad” que vive a expensas de la “gran ciudad”.
Similar al anterior es el caso del artista Gallego Isaac Cordal con sus figuras de personas hechas de cemento de unos 15 cm de alto aprox.
Sus instalaciones representan como el hombre abandona su papel ciudadano y se va fusionando con la ciudad, casi camuflándose, interactuando con el entorno, formando parte de el. El trabajo de Isaac Cordal está entre la escultura, la instalación, y la fotografía, ya que saca fotografías a todas sus intervenciones para ser usadas posteriormente en exposiciones o libros de artista.
Muchos se pierden estas escenas de la vida en miniatura, pero para aquellos que los descubren, está la intriga que estos brindan a nuestras aceleradas vidas.
Cordal logra capturar un montón de emociones en sus trabajos, a pesar de su falta de detalle o color. Muchas de las situaciones que plantea Cordal en su pequeño mundo se relacionan directamente con la ciudad, como ser su tiempo de ocio, su espera para los autobuses y sus momentos más trágicos como la muerte accidental, suicidio o funerales de la familia.
Lo que realmente hace a las piezas de Cordal mágicas, es su ubicación. Ellas traen un nuevo significado a rincones del entorno urbano, y expresan algo vulnerable.
Espero les guste, y muchas gracias al proyecto La Exposicion Expandida por la invitación, esperemos curar mas salas!!
2 comentarios:
Siempre me han encantado los Little People! Y a través de esta sala he conocido nuevas expresiones que me parecen muy interesantes.
Felicitaciones!
Muy interesante y variada selección, desde hombrecitos pequeños a grandes animales, todas estas cosas modifican la ciudad y el imaginario que tenemos sobre ella. Es fascinante ver cómo, con recursos mínimos como los ojitos de poliestireno, se logra transformar y revalorizar los mil elementos de la ciudad, rescatar sus deshechos, retratar a sus habitantes. Me gustó mucha esta sala Fernando, y ojalá haya más!
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